Los antisociales irrumpieron en la iglesia luego de fracturar unas ventanas para sustraer ventiladores y el equipo de sonido indispensable para oficiar las misas. El sacerdote Nelson Arias, párroco de la Iglesia Nuestra Señora del Valle, situada en el litoral carabobeño, instó a las autoridades a incrementar el patrullaje en los alrededores del templo.
El sacerdote Nelson Arias, párroco de la Iglesia Nuestra Señora del Valle, situada en el litoral carabobeño, concuerda en que la delincuencia mantiene azotado al templo pues tras una sucesión de incursiones los hampones han cargado hasta con las campanas.
La madrugada del pasado martes se patentizó la última acción criminal cuando un grupo de antisociales penetró en el santuario situado en el sector Cumboto II y sustrajeron varios equipos. El cura recordó que hace algunas semanas ladrones de la zona desvalijaron la desamparada ermita. Tras reprochar la profanación dijo que las respectivas denuncias han sido llevadas al Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas.
Los antisociales irrumpieron en la iglesia luego de fracturar unas ventanas para sustraer ventiladores y el equipo de sonido indispensable para oficiar las misas. El religioso instó a las autoridades a incrementar el patrullaje en los alrededores del templo.
"En la actualidad se ha perdido respeto a todo y no hay una formación de valores en el hogar. Muchas veces son los padres quienes incitan a los niños y adolescentes a llevar cosas a la casa sin importar cómo lo obtuvieron", manifestó el sacerdote Arias.
Hace tres semanas la Policía de Carabobo informó que a través de un operativo de seguridad se logró recuperar una campana que había sido robada en la iglesia. Los feligreses también deploran los índices de inseguridad y el constante sacrilegio que han obligado a modificar los horarios de las misas.
RODRÍGUEZ, Marianela
El Universal (24-09-2014)
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