Sacando brillo a la torre de la iglesia para que luzca. Foto Nuria SOLER
Aún es pronto para pensar en el fin de la reforma pero lo que sí está ya claro es que la iglesia de la Magdalena de Zaragoza volverá a lucir en todo su esplendor en la primavera del 2008. Para la apertura de la iglesia al culto (lleva cerrada desde el 2002) aún habrá que esperar a que se realice una tercera fase de obras.
Lo cierto es que apenas han pasado tres meses desde que comenzara la segunda fase de la restauración de la iglesia mudéjar pero ya empieza a verse una parte de la belleza escondida por el desgaste de los años.
La restauración, que comenzó a finales de abril de este año, cuenta con un presupuesto de 1.298.542, 98 euros, aportado a partes iguales por la DGA, el Arzobispado y el Ministerio de Fomento (a través del 1% cultural). La misma se centra en la consolidación de los contrafuertes, del cuerpo de la sacristía, la sala capitular y las fachadas laterales.
Sobre todas estas actuaciones destaca el derribo de dos edificios anexos a la iglesia, que albergaban la casa del campanero (en la calle Mayor) y la casa del sacristán (en la calle Martín Carrillo). El derribo de estos dos edificios ya se ha realizado y han salido a la luz las dos puertas de entrada que fueron tapadas en el siglo XVII, tras la reorientación del templo hacia la plaza de la Magdalena. En la entrada de la calle Martín Carrillo ha salido una portada mudéjar de gran valor. "Está bastante bien conservada aunque habrá que restaurarla", explica el director de la obra, Fernando Aguerri. Sin embargo, la puerta no se abrirá ya que, detrás de ella hay un retablo y una capilla que lo imposibilita.
Sacando brillo a la torre de la iglesia para que luzca. Foto Nuria SOLER
La torre de la Magdalena ya se restauró en anteriores reformas. En esta segunda fase, simplemente se está procediendo a su limpieza y a la eliminación de la puerta de acceso que existe en su base y que está deteriorando gravemente la estructura. Hay que tener en cuenta que la torre es de una gran altura y que la puerta de acceso está colocado justo en el medio de la base. Además, no se trata de la puerta original sino de un añadido que se realizó en alguna de las reformas que se han hecho a lo largo de los siglos en los que la iglesia se ha mantenido en pie.
MONSERRAT, Daniel
El Periódico de Aragón (06-08-2007)
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